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REVUELTA ESCOLAR


Una ciudad donde los niños están por la calle es una ciudad más segura no sólo para los niños, sino también para todos los ciudadanos”

Francesco Tonucci



En Madrid tuvo que venir un temporal de filoménicas proporciones para hacernos ver lo bien qué se está en las calles cuando no hay coches.


Los niños bajaban a la calle solos para jugar con la nieve, podían pasarse horas jugando y no se cansaban. Y a los padres no nos producía ningún temor que bajaran solos a la calle a jugar porque no pasaban coches y tenían toda la calle para ellos. No había peligros. Los niños tomaron el espacio rápidamente y se aprovecharon con inteligencia de los recursos que encontraban: muñecos de nieve decorados con ramas y hojas o trineos hechos de bandejas de plástico que encontraban por el suelo.


Hubo un tiempo en el que las ciudades eran así, lugares amables de encuentro pensados para las personas que habitaban en ellas. Los niños tenían autonomía para moverse y, sobre todo, para jugar y descubrir fuera de la escuela.


El derecho al juego está reconocido en la Declaración Universal de Derechos de los Niños y Niñas de la ONU. Fransesco Tonucci, de hecho, apuesta por la autonomía de la infancia en la ciudad como parámetro de la calidad de vida urbana, porque "lo que es bueno para la infancia es bueno para todos".


El mismo Tonucci es categórico: “en los últimos decenios, y de una manera totalmente evidente en los últimos cincuenta años, la ciudad, nacida como lugar de encuentro y de intercambio, ha descubierto el valor comercial del espacio y ha alterado todos los conceptos de equilibrio, bienestar y comunidad para seguir solamente programas de provecho, de interés”.


La existencia de una planificación alejada de los niños junto con el desarrollo de un modelo urbanístico ‘coche-céntrico’ está teniendo consecuencias nefastas para la infancia. Por un lado, está lo mas obvio: la falta de seguridad y el ruido y, por otro lado, están las consecuencias invisibles o más bien invisibilizadas, como las enfermedades derivadas de la contaminación atmosférica (responsable de cerca de 38.600 muertes prematuras al año en España, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, o del impacto demostrado en el desarrollo cognitivo de los niños).


Por todo esto desde la AFA Arcángel nos hemos sumado a la iniciativa #RevueltaEscolar. Una acción que continúa creciendo y aglutina ya siete ciudades. El pasado viernes 12 de marzo a la salida del colegio tuvieron lugar un total de 67 cortes de calle (3 en Badalona, 47 en Barcelona, 1 en Bilbao, 1 en Girona, 9 en Madrid, 4 en Sabadell y 2 en Sant Cugat), con el apoyo de la plataforma vecinal Eixample Respira en Cataluña y de Madres por el Clima en Madrid. Se trató del sexto corte colectivo promovido por decenas de AFAs en solo unos meses y que promete ir en aumento pues ya se está extendiendo incluso a otros países.


La dinámica es sencilla: las familias promueven cortes de tráfico periódicos ante las escuelas para reclamar una mayor pacificación de los entornos escolares. Además, en la actual situación de pandemia de Covid-19, se reclama la necesidad de más espacio para mantener la distancia de seguridad en las entradas y salidas.


Seguiremos saliendo a la calle cada dos semanas, reclamando la pacificación de los entornos escolares: aceras más anchas, más calles peatonales, más recursos para circular de manera segura con la bicicleta e iniciativas por parte de la Administración para garantizar caminos escolares seguros, en definitiva, devolver el espacio a las personas y hacer de las calles espacios seguros para los niños y los ciudadanos.


¡Gracias por el apoyo!



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