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Senderismo: 17 de diciembre, Remonte del Rio Lozoya


Salida: Remonte del Rio Lozoya desde la Presa del Pontón de la Oliva Patones de Abajo

DOMINGO, 17 de diciembre de 2017

Puedes imprimir el pdf de la ruta aquí.

Punto de Partida: Aparcamiento al pie de la presa del Pontón de la Oliva.

Hora: 11:00 h. de la mañana –por favor, sed puntuales-

Duración: 5 horas (2 horas y media de ida y lo mismo de vuelta)

Dificultad: Baja

Material: Botas, ropa de abrigo (gorro, guantes, …)

Bocadillo o comida para comer y bebida.

Recorrido: Se adjunta descripción y mapa al final

Pronóstico del tiempo: A fecha de lunes 11 de Diciembre el pronóstico

para esa fecha es de nubes y claros con una temperatura media a lo largo del día de aproximadamente 5 grados.

Recorrido hasta el punto de salida: 70,4 kms.

Sin tráfico, se tarda en llegar aproximadamente entre 70 y 80 minutos.

Altimetría: 900 mts con poca oscilación a lo largo de todo el recorrido.

Cómo llegar: Avanzamos por la carretera A – 1 hasta que lleguemos a la altura de Venturada en donde encontramos la salida hacia Torrelaguna (N – 320) la cual cogemos, pasamos esta localidad y seguimos de frente por la M – 102 dejando a la izquierda la subida a Patones de Arriba y atravesando Patones de Abajo, hasta llegar al aparcamiento que será nuestro punto de reunión.

Breve Descripción: Nuestra excursión consistirá en remontar el rio Lozoya por el angosto valle desde esta presa hasta la presa de la Parra (si llegamos). Es una excursión prácticamente plana durante todo el tramo medio teniendo que superar algunas bajadas y subidas al comienzo y final.

Desde la explanada que se utiliza como aparcamiento al pie del Pontón de la Oliva, subiremos a la presa por una rampa lateral de piedra caliza y recorreremos sus 72 metros de coronación para comenzar nuestra andadura río arriba por una especie de pasarela que hay adosada a la pared del cañón. (FUNDAMENTAL IR CON LOS NIÑOS DE LA MANO EN ESTE BREVE TRAMO). Impresiona, vista desde aquí, la obra de la presa –una siniestra mole de sillería levantada por reos entre 1851 y 1858, y que al poco se reveló inútil por las filtraciones del terreno–. Impresionan los roquedos en los que se lo pasan de miedo los escaladores. E impresiona, lo que más, caminar por este balconcillo que, por las trazas, debe de ser coetáneo de la presa. Da algo más que respeto, apra entendernos.

Al final de la pasarela, el camino continúa como senda por una pequeña terraza de la margen derecha de Lozoya, brindando ahora vistas aéreas del grandioso meandro que en este punto describe el río; un río que, a ciertas alturas del año, es casi teórico, agostado no tanto por la pertinaz sequía como por los cinco grandes embalses –Pinilla, Riosequillo, Puentes Viejas, El Villar y El Atazar– que acaparan todo su caudal aguas arriba.

Tras rebasar un nuevo meandro, nuestra senda se adentra en un espeso soto de fresnos, chopos y alisos. Como a media hora del inicio, enlazaremos con una pista de servicio del Canal de Isabel II, que habremos de seguir en lo sucesivo. Y en otra hora más de camino, siempre a la vera del río, llegaremos junto a la presa de Navarejos, que fue construida a espetaperros inmediatamente después que la del Pontón de la Oliva, cuando los ingenieros se vieron incapaces de atajar las fugas que hacían ésta inservible.

Un kilómetro más adelante, la pista se extingue ante la presa de la Parra (1903), que a su vez sustituyó a la de Navarejos en la tarea de suministrar agua a la capital a través del canal del Lozoya. Poco más arriba está la presa de El Atazar (1972) y, tras su murallón de 134 metros de altura, todo el agua que le falta al bajo Lozoya.


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